La rinomodelación no quirúrgica consiste en la corrección de deformidades puramente estéticas sin tener que pasar por quirófano (sin cirugía) ni recuperaciones lentas. Para ello, se emplean varias sustancias biocompatibles como el ácido hialurónico y la hidroxiapatita cálcica para tratar el dorso de la nariz. Además, también pueden usarse incluso con la ayuda de la toxina botulínica en caso de que se requiera conseguir una elevación de la nariz. La combinación de técnicas permite remodelar los ángulos nasolabiales y rinofrontales para recuperar la armonía de la nariz con el resto del rostro.   

El procedimiento suele durar unos 30 minutos, no resulta doloroso para el paciente y el número de sesiones será determinado por el especialista según cada caso en particular.